25/9/07

FUNDACIÓN JUNG - 2do. CUATRIMESTRE 2007

JUEGOS DE CREATIVIDAD

“Cuando Jung decidió tratar de descubrir el mito por el cual estaba viviendo, se preguntó:
«¿Cuál era el juego que me gustaba de niño?»
Su respuesta fue: construir pequeñas ciudades y rutas con piedritas.
Así que se compró un terreno y, a modo de juego, empezó a construir una casa.
Era mucho trabajo, por lo demás totalmente innecesario pues él ya tenía una casa,
pero fue un modo apropiado de crear un espacio sagrado.
Era puro juego.”

“Juegos de creatividad”
es un taller destinado al abordaje del Arte Terapia desde la acción lúdica.

Mediante el juego aprenderemos
nuevas maneras de construir una propuesta diferente y alternativa
de autoconocimiento a través del arte.

EL ARTE EN SU FUNCIÓN TERAPEUTICA

Autora: Verónica D'Agostino

El arte como actividad humana

El arte como actividad humana ha sido y es hasta nuestros días un tema muy complejo y un fenómeno difícil de definir por eruditos y especialistas siendo, además, objeto de estudio en múltiples campos como la historia, la antropología, la sociología, la filosofía, la política, la educación y la medicina entre otros. Pero haciendo a un lado y sin ahondar en los diferentes puntos de vista, propios de cada especialidad, todos coinciden en que se trata de un tipo de expresión, inherente al ser humano, que se ha manifestado desde los tiempos más remotos y de ahí que hayamos podido conocer la historia del hombre gracias a los trazos, dibujos y jeroglíficos ejecutados por nuestros ancestros en todos los rincones del planeta, muchos de los cuales aún no se sabe con certeza su función, aumentando aún más el misterio que encierra a esta manera de hablar sin palabras, a esta forma peculiar de decir con imágenes.
Ahora bien, si abordamos el campo específico del arte, también encontraremos diferentes enfoques y puntos de vista, desde el estético, histórico, estilístico, filosófico y el que me ocupa en particular: el terapéutico.

El arte en su función terapéutica

La actividad creadora es un proceso constante de destrucción y construcción, lo que nos permite elaborar y crear nuevos espacios, expresar de manera simbólica aunque tangible, los conflictos de índole psíquica y espiritual repercutiendo su efecto en el orden material de nuestro entorno, en los vínculos y en nuestras acciones.
Los elementos y herramientas propias de las artes plásticas como la forma, el color y la organización compositiva trascienden su función estética, es decir, que son portadoras de un mensaje emocional, espiritual e ideológico. El uso de colores cálidos o fríos, los trazos suaves o enfatizados, las formas cerradas o abiertas como la distribución de estos elementos en un límite dado como ser una hoja o una tela, siempre están diciendo algo más que la búsqueda de una convivencia armoniosa y estética. Esto es así porque dichos elementos contienen en sí mismos una energía, una carga emocional y realizamos asociaciones inconscientes con ellos. Es, en muchos casos, lo que nos hace juzgar a una producción artística como “agradable” o “desagradable”, más allá de que contemplemos obras genialmente ejecutadas. Hegel y Arheim, entre otros pensadores y filósofos del arte, sostenían que la obra se completa con el espectador porque es éste el receptor y el encargado de hacer la devolución del mensaje emitido por el artista. Estos estudios entre artista y espectador están, en parte, basados en las asociaciones inconscientes que hablamos con anterioridad, hallándose comprometidos factores relacionados con la educación estética, la experiencia emocional y fundamentalmente la sensibilidad.

Expresión y sensibilidad

Si tomamos como sensibilidad a la capacidad de sentir, percibir, disfrutar o padecer las experiencias que atravesamos a lo largo de la vida, desde donde construimos vínculos y nos posicionamos frente al mundo, encontraremos personas con una mayor sensibilidad respecto de otras. Esto no quiere decir que el arte es sólo un atributo de los “sensibles”. En mayor o menor grado todos somos sensibles, todos podemos disfrutar del arte, ya sea en su contemplación, en su ejecución o en ambas, porque la sensibilidad se educa, se estimula, se construye y se descubre. Y así como la sensibilidad es propia del ser humano, también lo es la necesidad de expresarse, que como dijera Walt Whitman: “es casi un deber”.
Este “deber” de expresar todo aquello que nos desborda, que no alcanzamos a comprender del mundo ni de nosotros mismos, que necesitamos comunicar o deseamos compartir, puede canalizarse mediante las artes plásticas ya que, además de constituir un medio de expresión, nos ofrece la posibilidad de utilizar otro lenguaje, alternativo a las palabras que muchas veces no encontramos o no podemos pronunciar.

Arte y Discapacidad

La expresión artística es un excelente mediador y una demostrada apoyatura en los procesos de rehabilitación e integración social de las personas discapacitadas. El ámbito del taller permite la socialización con sus pares y descubrir desde allí que pueden trocar su “identidad” como discapacitado en una nueva función social: ser artistas. Desde el Instituto Municipal de Rehabilitación de Vicente López “Dr. Anselmo Marini”, en donde tuve la oportunidad de trabajar y colaborar, se han impulsado numerosas exposiciones, viajes de intercambio y la participación activa por parte de los pacientes en el ámbito de la cultura. Esta experiencia me brindó la certeza de cómo la producción artística no es sólo una manera de expresar sus problemáticas, sino que es también un dispositivo de integración social. La inclusión de las personas discapacitadas nos beneficia a todos para crecer como sociedad. Desde la creación artística y el trabajo conjunto, ya sea por su difusión y participación o por la revalorización del arte y la cultura, pueden lograrse muchos objetivos respecto de este tema.

Conclusión y síntesis

El arte no es un producto de uso exclusivo para entendidos ni patrimonio de galerías y museos. Todos podemos acceder y disfrutar de él.

La expresión artística es un excelente mediador y una demostrada apoyatura en los procesos de rehabilitación e integración social de las personas discapacitadas.

El arte posee una faceta terapéutica muy importante para el desarrollo humano dado que estimular la actividad creadora conduce al cumplimiento de varios fines:

- Darnos placer durante la creación de la obra.
- Desencadenar un mayor grado de libertad emocional.
- Es índice informativo de nuestros estados psíquicos y emocionales.
- Desarrolla una mejor comunicación y expresión de nuestros conflictos.
- Nos entrena hacia una mayor conciencia de “unidad”.
- El acto de componer hacia “afuera” contribuye a ordenarnos por dentro.

El arte se aprende y la sensibilidad se educa.


Crecer y superarnos a nosotros mismos no es tarea fácil, pero si ésta se halla dentro de un marco de amor, contención e integración, podremos llevar a cabo lo que nos propongamos.